Jugadores Historicos
Alberto Bernardino Ohaco:
Fue sinónimo de ataque y eficacia pero también de finura e inteligencia.
En tiempos en los cuales el fútbol recién comenzaba a escribir el génesis de su historia, Alberto Bernardino Ohaco logró forjar su propia impronta, no sólo como delantero sino como ícono del Racing que se llenó de gloria en el amateurismo. Nació en 1893, apareció en la tercera división “B” en 1906 y cinco años más tarde, con apenas 18 de edad, debutó en la primera de “La Academia” en donde jugó hasta 1923. A lo largo de los siete campeonatos durante los cuales el equipo logró el título de manera consecutiva, de 1913 a 1919, Ohaco fue el encargado de llevar la cinta de capitán y sobresalir no sólo por su presencia como atacante sino por su inteligencia y su personalidad intachable dentro y fuera de los terrenos de fútbol.
Durante sus doce años en el club se erigió como goleador en cuatro certámenes consecutivos (1912 al 15) y además de obtener ocho títulos de AFA, logró tres copas de honor Municipalidad de Buenos Aires (1913, 15 y 17), cinco campeonatos argentinos Copa Dr. Carlos Ibarguren (1913, 14, 16, 17 y 18), una Copa de Honor Cousenier (1913) y dos campeonatos rioplatenses Copa Dr. Ricardo C. Aldao (1917 y 18).
La huella que dejó Ohaco trascendió las fronteras de Avellaneda y llegó sin escalas previas, pero defendiendo los mismo colores con igual pasión, hasta la Selección Nacional en la cual jugó sólo once cotejos entre los años 1912 y 18. Falleció el 8 de marzo de 1950, pero quedará por siempre en los libros y en la memoria de Racing como el primero de muchos ídolos que construyeron las historia de la institución.
Alberto Andrés Marcovecchio:
Artífice de ocho de los campeonatos en la era Amateur, Alberto Andrés Marcovecchio fue un delantero que está emparentado con la gloria de los primeros años del club.
En el ascenso en 1910 ya se destacaba en la cuarta “A” que disputó la final contra la cuarta “B” de Racing, en un hecho histórico. Luego, en 1912, en el debut de la reserva, por ese entonces llamada intermedia, hizo ocho goles en el resultado record de 16-0 sobre Belgrano, sus condiciones lo empujaban a jugar en primera. Justo para 1913, año en el que la Academia consiguió su primer título, se afirmó en el primer equipo, lugar que ocuparía por diez años más.
Su estirpe ganadora, como la de gran parte de su generación, quedó marcada con ocho Campeonatos 1913, ’14, ’15, ’16, ’17, ’18, ’19 y ’21; cuatro copas de Honor Municipalidad de Buenos Aires 1912, ‘13, ’15 y ’17; cinco campeonatos Argentino Copa Dr. Carlos Ibarguren 1913, ’14, ’16, ’17 y ‘18; una Copa de Honor Cousenier 1913; y dos campeonatos Rioplatense Dr. Ricardo C. Aldao, 1917 y ’18.
Además, este ganador nato hizo montones de goles en torneos en los que Racing lograba cifras record de tantos a favor. Terminó como artillero máximo en dos campeonatos, en el de 1917, con 18 goles y en el de 1919, con 16. En 1922, el atacante debió retirarse por una fractura y, casualidad o no, la Academia volvió a ser campeón en 1925 y luego esperó hasta 1949 para repetirlo. También actuó en la selección, once partidos, en los que marcó ocho goles.
Pedro Ochoa Baigorri:
Ochoíta, malabarista, artesano, un virtuoso de la gambeta, como describieron los medios de la época.
Si hasta Carlos Gardel le dedicó su tango Patadura, algo que inmortalizó a este delantero habilidoso. “Ser como Ochoíta, el crack de la afición..." y "Hacer como Ochoíta, de media cancha un gol", cantó el Zorzal criollo.
Nacido el 22 de febrero de 1900, su edad le dio justo para prenderse del prestigio que Racing tuvo en esos años. A los 16 apareció en primera división y, aunque al principio le costó afianzarse, sus notables condiciones despertaron la admiración de una hinchada que para ese entonces se había transformado en exigente, tras la catarata de títulos obtenida por el club. Como titular, obtuvo tres títulos en el amateurismo, los de 1919, 1921 y 1925. No fue goleador nato, estaba para fabricar fútbol, para ser el eje del equipo, para desequilibrar. Lo mismo hizo en la selección argentina, donde también se adueñó de la camiseta número ocho (justo él, Ochoa). Con la albiceleste nacional fue campeón de América en 1927.
Como le sucede a muchos de los grandes ídolos, falleció joven, a los 47 años, en Tandil. Así como muchas figuras que se fueron a corta edad, los hinchas de la época lo recuerdan como una gloria grande, un fiel reflejo del estilo de juego de Racing, el de la “nuestra”, el juego criollo atrevido, encarador, el “rey de la gambeta”.
Evaristo Vicente Barrera:
De gran potencia física, goleador de raza, comparado en su época con Berbabé Ferreyra, pertenece a la interminable lista de grandes ídolos nada menos que por ser hasta el día de hoy el máximo goleador en la historia del club.
Llegó en 1933 proveniente de Instituto Central Córdoba, en veintidós mil pesos, una cifra demasiado abultada para la época, y para colmo en los primeros partidos era silbado por la parcialidad racinguista, porque no convertía. Recién lo haría en la cuarta fecha frente a Lanús, con 2 tantos, y a partir de ese momento se transformaría en el gran goleador que fue, demostrando que no se habían equivocado en pagar semejante suma de dinero. Debutó en Racing el 12 de marzo de 1933 y jugó hasta el 6 de noviembre de 1938, convirtiendo 136 goles en 142 partidos. Además de ser el máximo goleador en los torneos de 1934, con 34 goles y de 1936, con 32.
Nació el 30 de noviembre de 1911, oriundo de Cruz del Eje, Córdoba, y no solo brilló en el fútbol argentino, sino que también se consagró en el fútbol italiano, donde jugó en Lazio (1939-40), Napoli (1940-42), Ascoli (1942-43), Cremonese (1945-47) y Mortara (1947-48).
A nivel selección solo disputó un puñado de encuentros para la Selección de la Asociación Amateur en 1935, pero estas presentaciones no eran oficiales para la reciente Asociación del Fútbol Argentina.
También podría haber disputado el Mundial de 1934, pero perdió la gran chance, porque la Argentina envió un representativo de cuarta división a aquel certamen.
Falleció en octubre de 1982 en Novara, Italia, pero “El Ómnibus”, como lo había apodado la parcialidad racinguista, por su capacidad para pasar por arriba a los rivales y definir, aún está en la memoria, sobre todo por ser el máximo goleador de lahistoria del club.
Juan José Pizzuti:
Juan José Pizzuti, alias Tito, o tan sólo José, nació en Buenos Aires, en el barrio de Barracas, el 27 de mayo de 1927.
Se inició en Banfield donde debutó en 1946 y se consagró goleador con 27 goles en 1949. Luego de pasar por River (más tarde también jugaría en Boca en dos oportunidades), llegó a Racing en 1952, dónde debutó en abril (contra Platense).
En Racing jugó 215 partidos hasta abril de 1962 y con sus 118 goles es el segundo máximo goleador en la historia delclub (sólo detrás de Evaristo Barrera, que tiene 136). En su segundo torneo, en 1953, se convirtió nuevamente en goleador del campeonato.
Salió campeón en “La Academia” en 1958 y en 1961, resultando, además, goleador del equipo en la segunda conquista.
A su vez, integró la Selección Argentina en 12 oportunidades, en las que anotó 4 goles. Allí fue campeón de América en 1959, destacándose un gol que le anotara al Brasil campeón mundial del ‘58.
El brillante estratega que, con el tiempo, pasó de la delantera al mediocampo, siempre le gustó definirse como un “obsesionado del gol”, y aún arrancando desde atrás, marcaba con gran facilidad.
Naturalmente, ese talento pensante lo hizo transformarse luego en técnico, y tras dirigir a Chacarita Jrs., regresó a Racing en 1965 para escribir una página grande de historia. Tito fue el inventor del equipo revolucionario que ganó todo: El “equipo de José”. Fueron 39 partidos invictos, el campeonato del ’66, la Libertadores del ’67 y la más importante, laIntercontinental contra el Celtic escocés para que Racing fuera el primer argentino campeón del Mundo.
Rubén Héctor “El Marqués” Sosa:
Jugador elegante, fino, con cara de buen muchacho, lo apodaban el “Marqués” porque parecía de la realeza dentro del campo de juego.
Nació el 14 de noviembre de 1936 y luego de jugar en Platense, llegó a Racing en 1958. Además de su técnica con el pie, su cabezazo es uno de los más recordados en la historia del club, con un poder para anticipar a defensores y trasformar su frente en un botín.
Quizás la delantera académica que mejor sale de memoria es la que integró en esa época brillante del club junto a Corbatta, Pizzuti, Mansilla y Belén. En medio de tantos atacantes virtuosos, fue goleador del equipo en 1959, con 21 goles, en 1960, con 19 y en 1962, 10. En los campeonatos logrados en 1958 y 1961, el punto más alto de ese gran equipo, no fue el máximo artillero, pero hizo 11 goles en cada uno. En total, disputó 151 partidos en Racing y anotó 82 goles.
Además, sus virtudes lo llevaron a jugar en la selección argentina, donde jugó 18 partidos y marcó 11 goles entre 1959 y 1962, incluidos dos Sudamericanos, uno ganado en 1959, y el Mundial de Chile.
Se fue de Racing en 1964 para pasar a Cerro y luego Nacional de Montevideo. Allí formó otra delantera histórica del fútbol sudamericano con el brasileño Celio Taveira, el “Marqués” siguió dando espectáculo. Tanto que fue a Estados Unidos una temporada a mostrar su talento para enseñar lo que es jugar al fútbol. Regresó en 1968 para actuar en Flandria junto a su amigo e ídolo Mansilla. Sus otros referentes fueron Corbatta, Belén y Pelé, a quien enfrentó en el famoso amistoso de septiembre de 1961 entre Racing y Santos, un partido que muchos consideran el mejor que se haya visto. Ese día, como muchos, también brilló el “Marqués”.
Juan Carlos “Chango” Cárdenas:
Era un centrodelantero que no se quedaba estático, muy dinámico, con gran sentido de desmarque para ir hacia los costados y desbordar, mucha potencia para perforar las defensas rivales, veloz en piques cortos y con una muy buena pegada por la justeza del remate.
El recordado zurdazo que se incrustó en el ángulo derecho del arquero Fallon del Celtic en el estadio Centenario de Montevideo el 4 de noviembre de 1967, cuando se consiguió la mayor conquista en la historia del club, es la rubrica mas clara de sus principales cualidades.
Nació el 25 de julio de 1945 en Santiago del Estero y con apenas 17 años, el 25 de febrero de 1962, debutó oficialmente ante Nacional de Montevideo por la Copa Libertadores, empatando 2 a 2. Al año siguiente se iría a préstamo a Nueva Chicago, pero regresó un año más tarde para ser pieza fundamental en la estructura de ese conjunto que revolucionó el fútbol argentino, “El equipo de José”
En los diez años en que vistió la celeste y blanca, jugó 297 partidos, lo que lo convierte en el cuarto jugador con más presencias, y convirtió 89 goles, entre campeonatos nacionales e internacionales, con lo que ocupa el cuarto lugar en los máximos goleadores del club.
A partir de 1972 desplegó su fútbol por México donde permaneció, dos años en Puebla y uno y medio en el Veracruz. Pero siempre se vuelve al primer amor; y el “Chango” regresó a Racing en el campeonato Nacional de 1976, donde jugó tan solo hasta la novena fecha para despedirse como jugador; pero para pasar a integrar la lista de los grandes ídolos de que vistieron la camiseta de la Academia.
Alfio “Coco” Basile:
Nombrar a Racing es nombrarlo a él como participe de su rica historia siempre como una carta del triunfo, como jugador y como entrenador.
Nació en Bahía Blanca el 1 de noviembre de 1943 y llegó a Racing para jugar en la séptima división como volante central; fue ascendiendo divisiones hasta que debutó en primera en 1964 de la mano de José Dellatorre, quien lo ubicó como zaguero y no en el medio.
Hombre importante en el juego aéreo tanto en la propia como en la rival, suplió con personalidad, potencia y seguridad el hecho de que su físico grande y pesado a veces le impidiera jugar de la forma en la cual él lo deseaba. Fue clave en el equipo de Pizzutti que ganó con la Copa Libertadores en 1966 y se coronó campeón Intercontinental al año siguiente al vencer al Celtic escocés. Luego de esto siguió en Avellaneda hasta que en 1970 pidió ser transferido a Huracán, club al que pasó al año siguiente para seguir y más tarde culminar su carrera como jugador. En la Academia jugó 186 partidos y convirtió 20 de sus 24 goles en primera división.
Racing siempre fue su gran amor y por eso, luego de debutar como técnico de Chacarita en 1975, llegó al club en el 77, en la primera de sus tres excursiones como entrenador del equipo. La más recordada fue la segunda, que comenzó en 1985 y se cerró en 1989 luego de un ciclo que arrancó entre tempestades y culminó con gloria. El equipo estaba en segunda división y bajo su dirección técnica no sólo logró regresar a primera ese mismo año sino que tres años más tarde se quedó con la Supercopa frente al Cruzeiro en Brasil. Años más tarde volvió a ponerse el buzo de DT (1996-97) pero esta vuelta no fue comparable con la anterior.
En la actualidad y luego de haber desarrollado su carrera como entrenador en Argentina, América y Europa, fue el elegido luego del mundial de Alemania 2006 para hacerse cargo, por segunda vez en su carrera, de la selección nacional.
Roberto “El Mariscal” Perfumo:
Era un defensor pero podía ser la defensa entera por su presencia, su capacidad de cubrir los espacios y la potestad de marcar con la fuerza necesaria como para no pasar desapercibido.
Nació en Avellaneda el 3 de octubre de 1942. Luego de jugar en las inferiores de River, llegó a Racing en 1960, donde debutó en primera en 1964, año en el que también fue a los Juegos Olímpicos.
A partir de ahí, estuvo en el club hasta 1971, sumando 232 partidos y 14 goles. Después se fue a Cruzeiro de Belo Horizonte y en 1975 regresó al país para tener otro recordado paso, en este caso, por River.
Sin embargo, fue en Racing donde hizo carrera, donde se destacó y donde escribió la parte más grande de la historia delclub. Inamovible en el “Equipo de José”, donde, por ejemplo, jugó los 20 partidos de la Libertadores de 1967, ganó el título de 1966, la mencionada Copa y la Intercontinental.
Pizzuti lo describió como un defensor “ligero, fuerte y buen sacador con las dos piernas”; pero sobre todo, destacaba su capacidad para llegar a cerrar en las puntas, “algo que pocos en su puesto tienen”. Quizás la camiseta número 2 nunca estuvo tan bien representada, esa que lo hizo símbolo. Su personalidad y buena pegada lo llevaron, más tarde, a ejecutar penales y tiros libres con gran precisión. Un defensor completo, adelantado a su época.
En la selección jugó dos mundiales, el de 1966 en Inglaterra y el de 1974 en Alemania. Totalizó 37 partidos. Todavía hoy, cuando un defensor se destaca por su prolijidad, su velocidad para cerrar y un atisbo de jerarquía, se le pone de apodo “Mariscal”, pero hay uno solo: Perfumo.
Agustín Mario Cejas:
Otro de los grandes jugadores que inscribieron su nombre en las páginas de gloria del Racing Club de Avellaneda.
Fue pieza clave tanto durante la Copa Libertadores como en la consagración mundial de 1967, (disputó 15 de los 21 partidos entre las dos competencias). Y además porque es hasta el día de hoy el jugador con más presencias vistiendo la camiseta de Racing, (334 partidos).
Arquero imbatible, un revolucionario de la época, tuvo su debut en 1962 con apenas 17 años, pero a pesar de contribuir con la obtención de tan importantes logros, es considerado el mejor arquero argentino recién en 1969 , esto hizo que nada menos que el Santos de Pelé se fije en él, equipo al que es vendido en 1970.
No solo el gran equipo brasilero de la época fijó sus ojos en él, también paso por Gremio de Porto Alegre, Huracán y antes de finalizar su carrera fue suplente del “Pato” Fillol en River. Previamente volvió a ponerse el buzo de arquero de su querido Racing durante 1977 a 1980.
También dejo su huella a nivel selección, tanto en juveniles como en la mayor cuando debutó con apenas 19 años en el preolímpico de 1964, reemplazando nada menos que a Amadeo Carrizo, y terminó con un solo gol en contra que le convirtieron de penal.
Tan grande es su relación con la institución Racinguista, que no es casualidad que haya nacido apenas tres días antes de un nuevo cumpleaños del club, el 22 de marzo de 1945. Además de haber sido en dos oportunidades técnico del primer equipo y hasta secretario.
Rubén Paz:
Inteligente, habilidoso, preciso, creativo, intuitivo; son algunos de los atributos técnicos que hicieron de Rubén Paz un jugador diferente, un virtuoso con la pelota.
Su mágica zurda fue adoptada por la gente de Racing desde el primer momento en que piso el Cilindro.
Vistió los colores celeste y blanco en dos ocasiones. En la primera, de dos temporadas, desde 1987 hasta 1989, fue integrante del gran equipo que consiguió dos títulos internacionales más para las vitrinas del club, la Supercopa y la Interamericana. En su paso por la Academia, jugó 152 partidos entre partidos locales e internacionales y marcando 33 goles.
Nació el 8 de agosto de 1959 en Artigas, Uruguay. Hizo juveniles en Peñarol de Montevideo hasta los 17 años cuando se produjo su debut en el primer equipo, en donde jugó hasta 1981, para pasar a otro grande de Sudamérica, Internacional de Porto Alegre.
Racing Matra de París contrató sus servicios en 1986, donde estuvo un año antes a llegar a la institución de Avellaneda. Pero al final de esa temporada, Racing no pudo retener a quien fuera elegido como mejor jugador americano y pasó al Genoa italiano. Tras un año, regresó en 1990 a Racing, donde se lució hasta 1993.
Entonces, volvió a su país a jugar a Rampla Juniors, luego pasó a Frontera Rivera y en 1996 recaló en Godoy Cruz de Mendoza, para retirarse de la actividad profesional en el mencionado Frontera Rivera en 1997.
Con la selección uruguaya participó de 66 encuentros anotando 12 goles, jugó en los mundiales de 1986 y 1990. Obtuvo el Mundialito de 1980 y la Copa América de 1987, además de los Sudamericanos Juveniles de 1977 y 1979.
Fue uno de los más grandes de todos los tiempos, y su paso por Racing dejo un huella imborrable , “el uruguayo, uruguayo”, el himno que le tributa la gente cada vez que pasa a visitar a su querida Academia, lo demuestra.
Miguel Ángel Colombatti:
Hábil, pícaro, inteligente, con mucha clase, de buena pegada y gran definición cuando ingresaba al área, Colombatti nació en Morón, Provincia de Buenos Aires, el 18 de enero de 1956.
Hizo inferiores en River y luego pasó a Deportivo Morón, equipo con el que debutó en la Primera B en 1975. “Colomba” jugó diez temporadas en el “Gallito” consagrándose también como uno de los máximos ídolos de esa institución, donde, entre los logros más destacados, está el Ascenso a Primera B en el ‘80. Su extraordinario paso en esa categoría lo llevó a integrar una Selección Nacional “B” que ganó el Torneo Internacional de Malasia en ’83.
En 1985 llegó a Racing que, por ese entonces, se encontraba en la B. Rápidamente se consolidó como el conductor del equipo y fue uno de los artífices en el Ascenso a Primera A de 1985, logrado en la final del octogonal ante Atlanta. Así, curiosamente, recién en el ‘86, ya a sus 30 años, le tocó debutar en Primera A.
En 1988, bajo la conducción técnica de Basile, fue campeón con Racing de la Supercopa Sudamericana. En esta competencia, marcó quizás su gol más recordado, en la primera final ante el Cruzeiro, en Avellaneda, poniendo el 2-1 sobre la hora para Racing.
También en 1988, conquistó junto a La Academia la Supercopa Interamericana frente al Herediano de Costa Rica.
En aquellos años donde Racing también brilló en los torneos Apertura ’87 y ’88, integró un equipo sólido y contundente, donde se entendió a la perfección con quien fue su socio en la creación de juego: Rubén Paz; y donde también fue un impecable asistidor para el “Toti” Iglesias y Walter Fernández.
En total, jugó en La Academia 154 paridos, en los cuales marcó 35 goles. Se despidió del fútbol profesional en 1990, aún jugando para Racing.
A partir de allí, inició su carrera como técnico, con destacadas desempeño en las inferiores, con las que ganó incluso certámenes internacionales. Asimismo, como ayudante de campo de Rivarola en 2004-2005, estuvo nuevamente ligado de la Primera División de la Institución, incluso como técnico interino en un partido.
Rubén "Mago" Capria:
“Yo sé que Racing es Vietnam, pero quiero jugar acá. Si es Vietnam, entonces voy a la guerra”
Eso decía antes de su arribo al club el volante zurdo que llegaba proveniente de Estudiantes de La Plata, club en el que había estado desde las inferiores. Quería estar.
Nacido el 6 de enero de 1970 y oriundo de General Belgrano, llegó en el 95 junto con otros trece jugadores más al equipo dirigido por Pedro Marchetta para intentar revertir una situación complicada. Pero fue bajo la dirección técnica de Miguel Angel Brindisi en la que pudo desplegar su fútbol en todo su esplendor. Hábil, cerebral a la hora de jugar y hacer jugar a los demás, dueño de una zurda con una pegada única que relucía sobre todo en los tiros libres. No por nada se ganó el apodo de “El Mago” alguien que fue responsable de muchas tardes repletas de alegría para los hinchas del club. Desde el 6 a 4 imborrable en La Bombonera ante Boca en el Apertura 97, tarde en la cual marcó tres goles, hasta el estupendo tanto que le convirtió de tiro libre a Chilavert.
Dejó Avellaneda a finales del 97 casi de forma obligada para irse a jugar al Cruz Azul de México. Luego regresó a Racing en 1999, pero de manera muy fugaz antes de volver a emigrar de nuevo. Pasó por Chacarita, Lanús, Unión de Santa Fe y tuvo experiencias internacionales (Barcelona de Ecuador y Universidad Católica de Chile) antes de su regreso al país, donde salió campeón con Newell´s y luego retornó por tercera vez a la Academia. En total, Capria jugó 142 partidos en elclub y marcó 41 goles. Peñarol de Uruguay fue el último equipo donde “El Mago” desplegó su talento. Aún vigente en el ambiente del fútbol, sus goles de tiro libre y sus tardes llenas de magia todavía generan nostalgia en la memoria de la gente de Racing.
Lisandro "Licha" Lopez:
Delantero veloz, habilidoso, inteligente para resolver en espacios cortos, y con una capacidad interesante para ganar desde arriba con la cabeza.
Surgió de las divisiones inferiores del club y fue campeón en sexta división, siempre de la mano de Miguel Micó, que fue el que lo trajo al club y lo formó. A los 20 años, más precisamente el 14 de junio de 2003, debutó en primera división, donde jugó 71 partidos y convirtió 26 goles.
El "Licha" nació el 2 de marzo de 1983 en Rafael Obligado, Buenos Aires, y en los casi dos años que vistió la camiseta de su querida academia, dejó nada menos que su marca ante el clásico rival, ya que ganó en un año dos partidos y por el mismo resultado, 3 a 1, en ambos hizo un gol. El 23 de mayo de 2004 en cancha de Lanús, y el 10 de abril de 2005, en el Cilindro, Eran tiempos en los que López, Gastón Fernández y Mariano González hacían delirar a la parcialidad racinguista, con sus bailes festejando cada gol que convertían.
En el 2005 fue transferido al Porto de Portugal, y en su primera temporada, ganó un torneo de liga y una copa de Portugal. Hoy es goleador y pretendido por clubes más grandes de Europa. Pero antes dejó su huella por Avellaneda, al ser en uno de los responsables de pelear el torneo hasta las últimas fechas, algo que no se conseguía desde el campeonato del 2001. Además, el año anterior fue el goleador del clausura 2004 con 12 goles.
Es quizás hoy el último de los grandes ídolos que pertenece a esa lista interminable que tiene el Racing Club deAvellaneda.
Diego Alberto Milito:
Uno de los últimos productos del club.
Ya desde el inicio de su carrera se destacó por el freno y la cabeza levantada. Luego, le sumó el olfato goleador que fue mejorando con los años, sobre todo en Europa, donde se destaca. Nació el 12 de junio de 1979 en Bernal, Buenos Aires. En Racing jugó 148 partidos y anotó 37 goles. De ellos, ocho fueron en la Libertadores, con dos tantos, y tres en la Sudamericana, con una conquista.
Debutó el 11 de diciembre de 1999, pasó los momentos de quiebra como un juvenil, fue parte activa del equipo que escapó a la promoción en la primera parte de 2001 y fundamental en el que fue campeón en la segunda parte de ese año.
En enero de 2004 pasó al Genoa de Italia, en el que se consagró como ídolo al ser el goleador del equipo que ganó la Serie B. Sin embargo, problemas judiciales en el club le impidieron jugar en la Primera. Entones, fue al Zaragoza de España, donde todavía juega y es referente. Allí, en 90 partidos ya anotó 44 goles y se recuerdan hazañas como los cuatro que le hizo al Real Madrid en la Copa del Rey de 2006. Justamente, el Real quiso contar con sus servicios, pero el Zaragoza mejoró su contrato, renovó por cuatro años y puso una clausula de rescisión de 100 millones de euros a quien lo quiera comprar en el medio.
En estos años, en una carrera que sigue en ascenso, en la selección, debutó en 2003 frente a Honduras en un amistoso, actuó en las Eliminatorias. Estuvo cerca de ir al Mundial 2006, pero fue relegado a último momento por Julio Cruz. En total, jugó 15 con la selección y anotó 4 goles, aunque sigue en la lista de considerados para las próximas citaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario